sábado, 27 de septiembre de 2008
Se encontraba ahí, perplejo por el movimiento sísmico de su masa encefálica, revolcando variedad e infinidad de momentos, sentimientos, como si se tratara de una malteada gris. Escupía la ansiedad de tenerla en sus brazos, leía el tiempo según el instante en que dejó de observarla, se lamentaba haberle propiciado otro camino, otro destino, a otro; haberla acostumbrado a sus desplantes de amistad y perfeccionismo, convirtiéndola en no más que una desconocida y no menos que una acompañante.
No hubo reacción, no podía mas que concentrarse en un sólo punto del espacio, cabizbajo, desmarañado conquistaba poco a poco el oxígeno a su alrededor, a pesar de que por instantes parecía desaparecer junto con su fe. Adormecido en aspecto, desesperado en realidad. Desprendería su ser para transportarse al vacío que junto a ella existiera, lo haría, seguro que lo haría si pudiera. Por instantes el dulce recuerdo de su mirada le penetraba el alma, hasta podría imaginarse rezando por ella, rogando al cielo un final no tan infeliz; se imaginaba llegando a su puerta, sorprendiéndola de forma tan intempestiva que el tiempo no tendría oportunidad de actuar, de transformarse en horas, de tan siquiera existir
Fue ahí, en esa última inhalación, la más profunda y clara de todas -aun no sabe si provocada por el delirio o por haber olvidado la existencia de oxígeno desde hace unos segundos atrás- en donde giró la vista, la que había permanecido inmune tanto rato, tan sólo para ver su cuerpo olvidado en aquel sillón. Si hubiera sido un poco menos leal a su libertad y un poco más afán a sus emisiones de sangre, tal vez tendría a ese 'alguien' que lo despidiera al final.
"Adormecido en aspecto, desesperado en realidad."
me siento asi en algunas veces pero en lugar de io ser el olvidado... al sillon le dejo ese papel...
un saludote... Pax =D